¡Hola!
Soy Sonia, la cabeza y el corazón que hay tras Alimentación Bravo.
Si has llegado hasta aquí es porque estás buscando otra manera de comprar, un servicio cercano y profesional para tener los mejores productos en tu casa cada semana.
¿Cómo lo sé?
Porque esa fue la piedra angular de este negocio.
El 9 de noviembre de 1996 mi padre, Jesús Sánchez Bravo, se subió a su furgoneta y emprendió la primera de muchas rutas de suministros por varias comarcas gallegas. Y se le empezó a conocer como “el frutero”.
El esfuerzo y el amor por el trabajo realizado hizo que se cruzara en su camino José Luis, un joven vecino que pasó a ser el primer empleado de la empresa, pocos meses después de su creación.
Con 10 años yo ya acompañaba a mi padre en el camión de reparto o ayudaba a mi madre en la recepción de mercancías en nuestra casa (¡no tuvimos un almacén general hasta 1998!). Para mi hermana y para mí era casi un juego ayudar en estas tareas diarias.
Con los años me gradué en Comercio y Marketing, y el amor por lo natural y cercano resurgió en mi. Tuve la suerte de poder trabajar en una empresa de productos ecológicos en mi tierra natal.
Aún así seguía teniendo una gran implicación en el negocio de mis padres, ayudaba en la compra de mercancías, en tareas administrativas… hasta que un día de 2007 la salud de mi padre dio un revés y tuvimos que tomar una decisión.
Dejé mi trabajo por cuenta ajena, tomé las riendas del negocio y me dediqué a tiempo completo a lo que había sido una parte importante de mi vida desde pequeña.
Y sentí que había encontrado mi sitio.
Más de una década después, sé que tomé la decisión adecuada.
Alimentación Bravo cuenta ahora con 6 camiones de reparto y varios miembros de la familia estamos vinculados al negocio.
Por cierto, mi padre está bien y felizmente jubilado… ¡y José Luis sigue trabajando con nosotros!